domingo, 19 de junio de 2016

¡Necesito un percusionista!




Viernes, 23:00. Mis únicas preocupaciones son un plato de bravas que hay que terminarse y el frío que tengo en las piernas. Después todo sucede muy rápido:

Veo que por delante de mi mesa pasa uno de mis compañeros y, antes de que pueda saludarle, me atrapa con un "te necesito". De repente, con los calores, el frío desaparece. Y en cuestión de minutos me he comprometido a tocar dentro de 12 horas con una orquesta un repertorio que no conozco pero, me ha asegurado, no es difícil.


Sábado, 10:00. Cuando me dan las partituras me relajo, aunque hay una que me inquieta mucho. Se trata del papel de caja de "Frühlingsstimmen", un Vals de Johann Strauss que no sé pronunciar y que, por el nombre, no reconozco. Pero lo más preocupante no es eso sino los 8045497597529654856341745 compases de espera que tiene. Y, mientras hago unas anotaciones de emergencia en una partitura de timbales, me dicen que me meta la camisa por dentro del pantalón.

Dos horas después, a pesar de tocar a primera vista, nerviosa por ello y con la camisa por fuera, conseguí defender mi papel junto a mi compañero, atrincherados entre timbales y un set de batería.


Sábado, 15:30-18:00. Siesta. 


2 comentarios:

  1. Yo me pregunto si luego tuviste hamburguesa para comer... Habría sido una hamburguesa bien merecida porque según tengo entendido lo hiciste muy bien! Las dos horas y media de siesta también te las merecías

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajaja, no tuve hamburguesa pero sí un plato enorme de fideuá!!! :) Y muchas muchas gracias :) La verdad es que terminé el concierto super contenta :)

      Eliminar