domingo, 19 de junio de 2016

¡Necesito un percusionista!




Viernes, 23:00. Mis únicas preocupaciones son un plato de bravas que hay que terminarse y el frío que tengo en las piernas. Después todo sucede muy rápido:

Veo que por delante de mi mesa pasa uno de mis compañeros y, antes de que pueda saludarle, me atrapa con un "te necesito". De repente, con los calores, el frío desaparece. Y en cuestión de minutos me he comprometido a tocar dentro de 12 horas con una orquesta un repertorio que no conozco pero, me ha asegurado, no es difícil.


Sábado, 10:00. Cuando me dan las partituras me relajo, aunque hay una que me inquieta mucho. Se trata del papel de caja de "Frühlingsstimmen", un Vals de Johann Strauss que no sé pronunciar y que, por el nombre, no reconozco. Pero lo más preocupante no es eso sino los 8045497597529654856341745 compases de espera que tiene. Y, mientras hago unas anotaciones de emergencia en una partitura de timbales, me dicen que me meta la camisa por dentro del pantalón.

Dos horas después, a pesar de tocar a primera vista, nerviosa por ello y con la camisa por fuera, conseguí defender mi papel junto a mi compañero, atrincherados entre timbales y un set de batería.


Sábado, 15:30-18:00. Siesta. 


domingo, 12 de junio de 2016

Vídeo: Daft Punk (versión pijama)




A veces me cuesta seguir el ritmo de mis baquetas. Y es que, a pesar de que cada par tiene su personalidad, todas tienen algo en común: les encanta pasar tiempo en la calle. 

Mis baquetas de caja, enérgicas y amantes de la técnica, empiezan a tirar temprano de las sábanas para recordarme que hay que ponerse en marcha: estudiar o salir a tocar. Por otro lado y en cuanto ven la oportunidad, las baquetas de timbales, de semblante serio y elegante, me advierten de que se acerca un concierto y me piden educadamente que miremos juntas las partes complicadas. Y no es hasta la hora de comer cuando puedo escuchar cómo, con algo de vergüenza, las baquetas de marimba me piden muy dulcemente que toquemos algo juntas. Y yo las quiero tanto que se me junta la comida con la siesta. 

¿Siesta? 

Por las tardes nos gusta correr. A veces también volamos. El tiempo se nos va entre clases y ensayos, donde disfrutamos de la alegría y el entusiasmo de las baquetas de lira y xilófono. Y a última hora del día, cuando parece que acaban de sacarme de un contenedor de basura, llega el momento favorito de mis baquetas: los ensayos nocturnos de la banda.

Por eso, las noches que estamos en casa y no tocamos por respeto a los vecinos, puedo escucharlas removerse con tristeza e impaciencia en su baquetero. Y son las más dulces, mis baquetas de marimba, quienes a veces me piden que toque algo aunque sea sin ellas. De esta manera surgen mis actuaciones nocturnas donde me gusta tocar cosas como este "Get Lucky" de Daft Punk utilizando el traje de músico más cómodo que conozco: mi pijama.